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de Florencia.
Florencia para muchos nunca constituyo un secreto era bien entendida como
la estancia de la flor (un punto de encuentro entre hombres libres y creadores en
su verdadero sentido) El florecimiento va precedido por todos los movimientos “circulares”…que
tienden a afirmar el sentido y el valor del Espíritu de la
Tradición, su dignidad y su libertad. Estos movimientos se
afirman en los círculos de los iniciados y coagulan todas las
actividades del vivir; penetra en la política y se eleva hasta
los tronos de los príncipes, desciende hasta los espacios públicos entre los
poetas populares, las fiestas y las procesiones simbólicas, inspiran a los Artistas
(Hijos de Elías) y dejan sus huellas en las líneas arquitectónicas de los
nuevos palacios y de las iglesias. Esta
Regeneración,
(de todo cuanto ha degenerado) (Consistió en tratar de afirmar un Ordo Ab Chao
en el Occidente) es la afirmación de una sociedad rica y plenamente
desarrollada, encontrada en el mundo clásico un modelo casi arquetípico o así
se trato... La retórica de Quintiliano, la lengua de Cicerón, el pensamiento de
Platón era el crisol donde debía formarse el hombre, libre y poderoso, capaz de
vencer su destino elevando templos a la “Virtudes”, como lo habían hecho los
antiguos Pelasgos, mucho después los Romanos como Numa Pompilio, Marcvs
Vitrivivs, Agusto Octavio y el General Agrippa en la segunda etapa de su
reforma y sucesivamente...
Alceo, Corina, Petrarca, Anacreonte y Safo,
cinco poetas líricos entre los poetas de la Antigüedad y de la época de Rafael,
que rodean Apolo y las Musas en “El Parnaso”, fresco de Rafael,
(Vaticano, Estancia de la Signatura).
Los poetas, los historiadores, los oradores, los epistolarios latinos más
célebres, las traducciones latinas de ciertos escritos de Plutarco, de
Aristóteles y de algunos escritores griegos formaban la fuente en la cual un
pequeño grupo de elegidos de la época de Boccaccio con la obra “Fiammetta” y de
Pétrarca, principalmente con “Los Triunfos”…(Coeli), sacaban su inspiración.
Desde mediados del siglo XIV hasta mediados del siglo XV, se desarrolló en
Florencia una actividad cultural y artística que transformó la ciudad en un
rito andante. Tal como habían sellado nuestros predecesores. Petrarca y
Boccaccio habían mostrado el ejemplo. Habían incitado así, en el siglo XV, a
los hijos de Juan a explorar la Universalidad de la Ciencia (Conocimiento) y el
arte (Inspiración Actuante) para expresar la esencia en numerosas Obras...
Estos descubrimientos implicaron encuentros... Los debates y los estudios se
multiplicaron. Esta transformación repercutió en el arte, la filosofía, la
literatura, la música, las ciencias. Como Primer plan que trazo la Fede Santa
de Roma En nombre de Platón se crearon las academias que se fijaron como
objetivo la promoción de los estudios …(Inspiración Cristica).
Seis poetas toscanos, 1544, Giorgio
Vasari, (Minneapolis Institute of Arts). Dante, acompañado de
Boccaccio, Cavalcanti, Ficino, Landino y Petrarca.
En el siglo XV y a principios del XVI, la sabiduria helenica
concentro huellas aromàticas en nuestra
preciada ciudad de la flor (Florencia), incluidas Roma y Padua. En Florencia,
la enseñanza del griego se desarrolló con la llegada en 1397 del sabio
bizantino Manuel Crisóloras (1350-1415) invitado por el canciller humanista
Coluccio Salutati. Había sido enviado como embajador en Italia por el emperador
Manuel II durante el sitio de Constantinopla por el sultán otomano en 1394,
para pedir refuerzos. Traductor en latín de
“La Odisea” y de
“La
República” de Platón, Manuel Crisóloras fue un humanista itinerante, ya que
enseñó también en Venecia y en Milán. Pero fue sobre todo durante el reinado de
Juan VIII Paleólogo emperador de Bizancio (muerto en 1448), que los contactos
de los Maestros bizantinos con Italia en el Concilio de Florencia de 1438,
marcaron el comienzo de la grecomanía humanista. Como consecuencia de la caída
de Constantinopla, muchos hermanos del Arte…Emigraron llegando a Florencia
otros sabios bizantinos como Juan Argyropoulos
(1416-1476), y otros maestros hábiles se instalaron en Italia en 1457, fue
llamado a Florencia por
Cosme de
Médicis para que transmitiera la
lengua griega en esta ciudad. Tuvo como alumnos
Angelo Poliziano, Pedro de Médicis y Lorenzo de Médicis. Tradujo
las obras de Aristóteles y los libros del tallado del León Persa.
Supuesto retrato de Juan VIII Paleólogo bajo los
rasgos de un rey mago, en “El Cortejo de
los Magos” de Benozzo Gozzoli, 1452-1458,
(Florencia, palacio Médicis).
Los artistas de aquella época nos han mostrado los rasgos del emperador Juan
VIII Paleólogo. Cinco años después de su muerte, y seis años antes de que
Benozzo Gozzoli realizara según arte la decoración de la capilla de los
Magos del palacio Médicis donde lo representó bajo los rasgos del rey ,
sacerdote y profeta Baltasar, en 1453 la cristiandad había perdido Constantinopla,
pero la humillación y el dolor padecidos no le impidieron tratar enseguida con
el nuevo señor, el sultán otomano, y reconocer su soberanía. El retrato del
emperador se encuentra también en una medalla conmemorativa, donde el pintor y
medallista Pisanello estampa su firma en latín y en griego.
Medalla de Juan VIII Paleólogo, c.1438, Pisanello, (Berlín, Staatliche Museen).
Hacia 1494, el estudio del griego fue facilitado de forma singular por los
productos de Aldo Manuce, de Venecia, en los talleres del cual fueron
imprimidos por primera vez en griego los escritos de los autores más
importantes. La decadencia de los estudios griegos comienza con la Lamentable muerte
de Nuestro papa
León X, y ello se
debe en gran parte a que el pensamiento sigue una nueva corriente de ideas…. Pico
de la Mirándola
poseía toda la ciencia
talmúdica de los Mekubalim y filosófica del colegiado rabinico que también
emigro tras la caída de Constantinopla. La pintura
“Heráclito y Demócrito” que formaba parte de un ciclo de frescos de
Donato Bramante, ha sido interpretada como una alegoría de la sociedad
perfecta, según el pasaje de
“La república”
de Platón que declara que los hombres sabios que ostentan el poder, tienen que
guiarse por la templanza y la justicia… Desde este punto de vista, ambos Iniciados,
uno que llora (Heráclito) y el otro que ríe (Demócrito)…, expresan dos maneras
antitéticas, pero igualmente erróneas de ver la vida pero en un sentido
verdadero complementario… en cambio, la virtud de la templanza permite evitar
tanto el pesimismo excesivo como el optimismo exagerado. (Como insisten en el
Oriente ni la lisonja ni el Vituperio te afecten…)
Heráclito ostenta los rasgos de
Leonardo da Vinci, mientras que Demócrito
sería un autorretrato de
Bramante.
Estas pinturas constituyen la obra pictórica más importante del artista
arquitecto la faceta Circular oculta se dice que fue realizada
segun medida (planos) por uno de los
instructores del Arte de Medir,
Andrea
De Verrocchio.
Heráclito y Demócrito,
c.1495, Donato Bramante, (Milán, Pinacoteca di
Brera).
El aspecto más interesante de este excepcional entorno cultural florentino
era su variedad, su complejidad, su apertura universal a las inspiraciones
más diversas. Antes de ser transferida a Pisa en 1473, la universidad de
Florencia impartía estudios de derecho y medicina desde hacia tres siglos. La
enseñanza teológica en los
“studia”
de los conventos había cambiado muy poco desde la época de Dante. El estudio de
la retórica y de la poesía latina continuaba desarrollándose bajo la dirección
de eminentes especialistas como
Cristoforo
Landino y
Angelo Poliziano. El
estudio en profundidad de la filosofía griega era un hecho, y formaba parte del
programa universitario, cuyo maestro indiscutible era
Marsilio Ficino, quien en su casa de Careggi, traducía las obras de
Platón y atraía a discípulos de toda Europa:
Juan Pico de la Mirándola, el
francés
Lefèvre de Étaples, el Inglés
John Colet y muchos otros, que preferían
el animato por razones obvias… Otra disciplina tradicional eran las ciencias
naturales, desarrolladas por el Maestro
Paolo dal Pozzo Toscanelli (1397-1482), el cual
practicó también la medicina, y redactó tratados de matemáticas, de óptica, de
astronomía y de filosofía siguiendo el perfume de la corriente antigua de algunos antiguos
Grandes Maestres de la Orden del Temple
(
El Amigo de los Judíos Guillame de Chartres, Renaud
de Vichiers y Thomas Berard). Los mismos plasmaban el
centro de estudios de la Naturaleza y fueron
ampliados y expandidos por el
Maestro Paolo, Cristóbal Colon y Américo Vespucio,
Las siete artes liberales, enseñadas desde la Edad Media eran agrupadas en dos
ciclos:
el trivium (gramática, retórica, dialéctica);
el quadrivium
(aritmética, música, astronomía, geometría).
Leonardo da Vinci fue un Maestro
Habil cuya síntesis es aun trabajada en los talleres del Arquitecto..., intuyó
la existencia de un principio fundamental del método científico, que fue él
único entre sus contemporáneos a formular de una forma tan clara.
Las 7 Artes Liberales,
siglo XV, taller de Pesellino, (Alabama,
Birmingham Museum).
Tratado de Aritmética,
siglo XV, Filippo Calandri, (Florencia,
Biblioteca Riccardiana).
Desde que Dante escribiera
“La divina
comedia”, los intelectuales florentinos se preguntaban si tenían que
escribir en latín para una minoría o en lengua vulgar para un más vasto
público. A principios del siglo XV, el interés por el latín clásico era tan
grande, que muchos humanistas se negaban a escribir en toscano; criticaban
Dante y Petrarca por haber escrito sus poemas en lengua vulgar. En una época
donde las Jerarquia era muy acentuada, la adopción del humanismo como cursus de
estudios restringido podría ser interpretado como un apoyo a la estratificación
social, comparable a la construcción de los grandes palacios aristocráticos.
Los ensayos neoplatónicos de
Marsilio
Ficino y “La Primavera de Botticelli” son ejemplos de este elitismo: solo
un número restringido de sus conciudadanos era capaz de comprenderlos.
Frontispicio de un manuscrito con “La Divina
comedia” de Dante, siglo XV, escuela de Sozzo Tegliazzi,
(Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana).
En el tercer libro de su tratado
“De
la familia” (hacia 1434),
Leon
Battista Alberti escribió una elocuente defensa de “esta lengua toscana,
rica y viva”. El poeta humanista
Cristoforo
Landino justificaba el uso de la lengua
“volgare”, que según él tenía que ser enriquecida con formas
latinas. El mismo
Lorenzo de Médicis
realiza una apasionada defensa del toscano a la edad de diecisiete años.
Sostuvo que era igual al latín por su capacidad de expresar de modo elocuente
un gran número de argumentos y de sentimientos. Pero su poesía fue todavía más
eficaz en esta competición entre latín y lengua popular. Su contribución abrirá
el camino al Cardenal Pietro Bembo para la solución de la
“cuestión de la lengua” en el siglo XVI, con la adopción del
toscano como lengua literaria.
Folio de un manuscrito con poemas de Petrarca y Dante
en lengua vulgar, con una escena de naufragio, 1470-1480, Francesco
di Antonio del Chierico, (Florencia, Biblioteca Nazionale). El
laurel, era el símbolo por excelencia de la poesía, de la inmortalidad y de la
gloria, al que Lorenzo el Magnífico gustaba identificarse. El anillo con un
diamante era uno de los símbolos heráldicos utilizados por los Medicis.
No poseemos más que una ínfima parte de los originales de los autores
griegos. Los coleccionistas como
Nicolas
V que compartía las dos grandes pasiones del renacimiento, la pasión por
los libros y por la arquitectura, constituyó el núcleo de la Biblioteca
Vaticana con más de 5000 volúmenes. Cuando la peste forzó el papa (1450) a
refugiarse en el campo, en el pueblo de Fabriano, se llevó consigo a sus
traductores y sus compiladores para que no fueran víctimas de la plaga.
Niccolo Niccoli, un florentino miembro
del círculo de
Cosme de Médicis,
empleó toda su fortuna en comprar libros. Fue gracias a él que el
“De oratore” de Cicerón, el manuscrito
de Lucrecio y otras obras fueron completadas.
Nicolás V soñará con grandes edificios de un lujo oriental.
Bracciolini, uno de los más incansables
buscadores de códices y de antigüedades en general, evoca en su obra
“De varietate fortunæ” la devastación
de las ruinas romanas.
Página decorada con saturnales, en “Los
Comentarios” de Juvenal ofrecido a Juliano de Médicis por Domitius Calderinus
en 1474, (Florencia, Biblioteca Medicea Laurenziana).
La biblioteca de Urbino fue la creación de
Federico de Montefeltro, coleccionista desde su niñez, mantenía
constantemente a treinta o cuarenta copistas diseminados por todos los lugares
donde se podían encontrar libros. En aquella época, Urbino poseía una de las
más importantes bibliotecas, quizás más importante que la del Vaticano. La Edad
Media y la teología formaban el elemento principal de la colección: muchas
obras de los Padres de la Iglesia, todas las obras de los Hermanos
Tomás de Aquino,
Buenavenura de Alberto el
Grande, etc. Entre los
“modernos”
figuraban en primer lugar los grandes autores del siglo XIV, como
Durante Alighieri y Giovanni Boccaccio.
El manuscrito la Óptica de Euclides formaba parte de la extraordinaria biblioteca
Federico de Montefeltro. Piero della Francesca durante el tiempo que trabajó en
Urbino pudo haberlo utilizado para escribir su tratado sobre la perspectiva
“De prospectiva pingendi”.
Página del manuscrito La
Óptica de Euclides, traducido al latín en 1458, (París,
Biblioteca Nacional de Francia).
Aquellos humanistas que pasaban toda su vida entre libros antiguos,
escudriñando los viejos textos, analizando el griego y el latín, eran
intelectuales cuya preocupación mayor era tener un rico protector que les
procurara un techo, algo de dinero, y los medios para poder trabajar. El
ilustre Filelfo, a quien desde Nápoles a Milán se lo disputan los príncipes, es
un buen ejemplo de ello cuando escribía a
Palla
Strozzi: fuera de todo ego
“me he
volcado totalmente en escribir, de tal manera que me parece que he nacido no
sólo para los vivos, sino también para la posteridad.” Otro ilustre
humanista,
Guarino da Verona, y
también la escuola humanista de
Vittorino
da Feltre en Mantua que dio una justa formación a algunos de los príncipes.
Así se forma una verdadera aristocracia del espíritu, delante de la
aristocracia del dinero que reúne las familias ricas de Florencia y de otras
ciudades del Renacimiento. Cada uno de ellos, desde el más humilde de los
profesores hasta el genio más eminente, Ficino (1433-1499) o Pico de la
Mirándola (1463-1494), da gracias a Dios o a los dioses,– de haber hecho de él
un enamorado de la Luz...
Guarino da Verona
entrega su traducción de Estrabón a Jacopo Antonio Marcello, siglo XV, Giovanni Bellini, (Albi, Mediateca Municipal).
La obra de Petrarca tuvo una gran repercusión durante el Quattrocento; el
nuevo pensamiento renacentista vio siempre en el mundo antiguo el camino y la
guía para su propio desarrollo. Fue durante este siglo cuando un pontífice
podía conectar los intereses políticos con los culturales. En Nápoles, Alfonso
el Magnánimo mostraba un gran entusiasmo por la antigüedad, y tal como nos lo
cuenta
Pandolfo Collenuccio, había
leído en el prefacio de una versión española del
“De civitate Dei” que
“el
príncipe iletrado era un asno coronado”.
Manuscrito iluminado
“La vida de César”, siglo XV, Italia, (Florencia, Biblioteca Laurenziana).
Pétrarca escribió los Triunfos en memoria de Laura. Se trata de un poema
compuesto con tercetos encadenados (terza rima) con una muy fuerte
reminiscencia alegórica. El texto describe seis triunfos o alabanzas al
Amor, la Castidad, la Muerte, la Fama, el Tiempo y la Eternidad,
respectivamente. En el primer triunfo, Cupido
(Amor) que simboliza la pasión de Petrarca por Laura, anuncia su
victoria. En el segundo triunfo, la Castidad se impone, porque a diferencia de
Petrarca, Laura no se dejaba dominar por el aspecto sensual del amor. En
el tercer triunfo, la Muerte domina la Castidad de Laura, ya que murió muy
joven, en 1348. Pero la Fama, que Petrarca concede a Laura a través de sus
escritos, triunfa sobre la Muerte. El quinto triunfo trata de la victoria del
Tiempo sobre la Fama efímera, y finalmente la Eternidad saldrá victoriosa de
todos los demás triunfos. La figura sagrada (en este contexto Cristo) es la
llave del encuentro entre el poeta y Laura en el otro mundo: un mundo
“novo in etate immobile ed eterna”.
El Triunfo del Amor, siglo XV, Giovanni di ser Giovanni, (llamado Lo Scheggia), (Florencia,
Palazzo Davanzati). Eros personifica la inspiración divina (furor
platónico) que hace posible toda forma de creación (natural, intelectual o
artística). La venda en los ojos de Eros hace referencia a la visión interior,
que se concede a los que se han elevado por encima de la dimensión sensible
para contemplar lo inteligible. La acción mágica se produce en contacto con los
órganos de la vista y del oído, como en el fenómeno del “innamoramento”.
Combate entre el Amor y la Castidad, 1480-1490, Gherardo
di Giovanni, (Londres, National Gallery). Vasari describió
este pintor como un “cerebro distinguido”, que había tenido el privilegio de
recibir una formación humanista y de formar parte del círculo de Angelo
Poliziano. Inspirado en los “Triunfos” de Petrarca, el cuadro muestra como el
Amor desnudo, entabla la lucha con Laura, que simboliza la Castidad.
Fue en Florencia donde aparecieron las más significativas innovaciones del Quattrocento.
La característica común entre los dos movimientos era el convencimiento de los
humanistas y de ciertos artistas que la cultura antigua era superior a la suya,
y que no se podía alcanzar la perfección en las artes plásticas -así como en
poesía, en historia, en filosofía – que imitando a los Antiguos. Al igual que
los humanistas buscaron descubrir en las bibliotecas de los monasterios copias
de textos desconocidos de autores clásicos, dos jóvenes orfebres, Filippo
Brunelleschi y Donatello, viajaron a Roma para estudiar y calibrar las
construcciones y las esculturas romanas, cuyas ruinas abundaban en la región.
En este crecimiento expansivo, que iba a imponer el estilo clásico en el arte
occidental durante cuatro siglos, la figura principal es Brunelleschi. Aportó
su contribución al nuevo estilo pictórico inventando la perspectiva, esta
técnica geométrica que permite crear un efecto tridimensionnel sobre una
superficie plana. Adoptando esta técnica y el sentido de la forma humana
enaltecido por Donatello, el joven pintor Masaccio creó una serie de obras que
unen lo natural y la monumentalidad de Giotto, con el orden y la armonía de los
modelos clásicos.
Construcción de un edificio, c. 1515, Piero di Cosimo, (Sarasota, Ringling Museum of Art).
“Procediendo del intelecto, el dibujo, padre de nuestras tres artes –
pintura, escultura y arquitectura -, extrae a partir de cosas múltiples un
juicio universal. Éste es como una forma o una idea de todas las cosas de la
naturaleza, siempre muy singular en sus medidas. Que se trate del cuerpo humano
o del de los animales, de plantas o de edificios, de esculturas o de pinturas,
conocemos la proporción que el todo mantiene con las partes y la de las partes
entre ellas y con el todo.” Giorgio Vasari, en “La Pintura”.
Nunca
Olvidemos este principio atado a todo cuanto realicemos “he aquí lo verdadero,
sin mentira, lo cierto y veracísimo, lo que está abajo es como lo que está
arriba, y lo que esta arriba es como lo que está abajo, para realizar los
milagros del uno”.
Que
nuestro Gran Arquitecto nos siga alumbrando, como los pasos antiquísimos del león
Luminoso, guiaba a Mithra, La Luz de Cristo aquella que nos es conocida…
Tau
Innocenttivs.