domingo, 21 de julio de 2013

Primera Parte

“EL ARTE REAL O HERMÉTICO EN LA MASONERÍA”


La Misión del Hermetismo no es la de ofrecer al Mundo una creencia nueva, sino una Síntesis de todas ellas: la Enseñanza Universal y Eterna, forjadora del género humano arquetipo o de perfección, Clave de todas las Altas Doctrinas conocidas, y de la cual deriva la conciliación de todas ellas, mediante la «gloriosa síntesis».”

HERMES TRIMEGISTO


            Tomando en cuenta los excesos y despropósitos que se cometen, tanto entre los profanos como entre algunos Iniciados desinformados, en relación con el uso del calificativo de HERMÉTICO y HERMETISMO, para quienes lo Hermético es todo lo que no es inteligible para ellos, lo impenetrable, lo cerrado, etc., vamos a referirnos concreta y específicamente a lo que en el ámbito Iniciático y Esotérico de Tradición, se entiende por HERMETISMO, ALQUIMIA y la GRAN OBRA del ARTE REAL.

            Lo primero que debemos aclarar es la falsa afirmación según la cual la Química moderna sería la “hija” de la Alquimia. Quienes así opinan demuestran con ello que desconocen por completo lo que realmente es LA ALQUIMIA, Ciencia Cosmológica que no tiene absolutamente nada que ver con las consabidas “operaciones” materiales de los llamados “Souffleurs” o “sopladores de carbón”, jocosamente así llamados en su época, los cuales, con sus “ensayos”, experimentos y demás esfuerzos materiales pretendían transmutar el plomo en oro. Fueron, pues, esos “sopladores” los que dieron origen a la Química de hoy y no los Adeptos Hermetistas. Quienes dicen lo contrario, o son ignorantes de la verdad histórica comprobada o tratan de confundir a los no avisados, con sabe Dios qué propósitos determinados...

            Otro asunto digno de resaltar es el hecho de que la Doctrina Hermética o el Hermetismo, aunque es una Doctrina Tradicional, es decir, que está basada en Principios Trascendentes, no es una Doctrina Tradicional COMPLETA en sí misma, pues no se trata estrictamente más que de un Conocimiento de orden Cosmológico. Por lo tanto, no puede afirmarse sin errar que el Hermetismo representa, aunque sólo sea a título de “readaptación”, la INTEGRALIDAD de la Tradición Iniciática Egipcia; razón por la cual, sólo representa el punto de vista COSMOLÓGICO que parece haber sido allí particularmente desarrollado como un punto de vista secundario y contingente; es decir, una aplicación de la Doctrina Principal al Conocimiento de lo que se conoce como el “Mundo Intermedio” o el dominio de la manifestación sutil de la Naturaleza, donde se sitúan las prolongaciones extra-corporales de la individualidad humana, o las posibilidades mismas cuyo desarrollo concierne propiamente a los MISTERIOS MENORES. Debemos agregar que el punto de vista Cosmológico comprende también el conocimiento de la manifestación corporal, pero lo enfoca sobre todo en tanto que esta se vincula a la manifestación sutil como a su principio inmediato, en lo cual difiere enteramente del punto de vista profano de la Física moderna. (Vide: René Guenón: APERÇUS Cap. XLI).

Lo dicho anteriormente no significa que el Hermetismo constituya en sí mismo una “desviación” o que implique alguna cosa ilegítima, lo cual, evidentemente habría hecho inútil su incorporación a las formas Tradicionales. Como dijimos antes, la alquimia, que es la “técnica” o aplicación de Hermetismo, es un Arte especialmente apropiado a los Misterios Menores, por lo cual representa un preparación para los Misterios MAYORES, que constituyen el aspecto METAFÍSICO de la Iniciación Tradicional, precisamente porque están “más allá de la Física”, entendiendo por esta palabra a la Naturaleza Naturante y a la Naturaleza Naturada; es decir, la Naturaleza Energética y la Naturaleza propiamente física o material.

La denominación de HERMETISMO se aplica a la Doctrina que procedente de los Sacerdotes-Iniciados Egipcios, ha llegado hasta nosotros por la vía de los Colegios Iniciáticos de Misterios. Corresponde, como ya dijimos, a una Sabiduría Antigua, un Conocimiento COSMOLÓGICO, cuyo objetivo es el descubrimiento del YO Verdadero o de la divinidad Interior del individuo, con miras a una Re-generación y a la obtención de la RE-integración del Ser al Estado Primordial o “Edénico”: Re-integración Cósmica.

El epíteto de HERMES TRIMEGISTO o “Tres Veces Grande” aparece por vez primera en la segunda Centuria de Era Cristiana, ya que antes de ese tiempo se le designaba por la repetición triple de la palabra MEGAS (Megas, Megas, Megas), tal como aparece en la Piedra de Rosetta, descifrada por el célebre egiptólogo francés Jean Françoise Champollin, en 1822.

El nombre de Hermes es conocido en la Tradición árabe, en la cual se le denomina El Muthalleth Bil-Hikam, es decir, el “triple por sabiduría”, lo que coincide con el epíteto griego Trimegistos; triplicidad que tiene también otra significaciones bajo la forma de tres Hermes distintos: el Primero, HERMES EL-HARAMESAH o “Hermes de los Hermes”, considerado el ante-diluviano, y el cual propiamente se identifica a Seyidna Idris. Los dos restantes, que serían post-diluvianos, son el HERMES EL-BABELI o Hermes Babilónico y el HERMES EL-MICRI o Hermes Egipcio. Esto parece indicar muy netamente que las Tradiciones Caldea y Egipcia habrían sido derivadas directamente de una sola o misma fuente principal, la cual, dado el carácter ante-diluviano que le es reconocido, no puede ser otra que la Tradición Atlante. (Vide: René Guenón: “La Tumba de Hermes”).

Buena parte de la literatura Hermética se hizo pública bajo el largo Reinado de los Tolomeos (2 a.C.). Se reconocía entonces su origen Egipcio y la paternidad de THOTH. La fuerte influencia cultural Griega, hizo que el nombre de HERMES fuera el más conocido y el más usado; por tal razón, los abundantes escritos que se le atribuyen se denominan ESCRITOS HERMÉTICOS o HERMETISMO. Los atenienses los llamabas “Hermáica”, como informa Cirilo de Alejandría en su “Contra Julian”. Post. Part. III.

Es por lo tanto al nombre griego de Hermes que se debe el título de HERMETISMO; o lo que viene a ser la Doctrina de origen Egipcio “helenizada” en la época Alejandrina y transmitida bajo esa forma en la Edad Media, a la vez al Mundo Islámico y al Mundo Cristiano, especialmente por intermedio del primero. Fue precisamente debido a la colaboración de los Iniciados Islámicos con los Rosa-Cruces originales, que los dos Esoterismos, el Musulmán y el Cristiano, permitieron de mantener el nexo entre las Iniciaciones de Oriente y de Occidente que habían quedado en suspenso desde la destrucción de la Orden de los Templarios. De esa forma, el Taçawwuf Islámico y el Rosacrucismo o “Hermetismo Cristiano”, componían y representaban dos formas de aplicación diferentes de una Enseñanza Tradicional.

Según algunas crónicas, en la Biblioteca de Alejandría se habrían guardado unos cuarenta y dos papiros o rollos contentivos de la Síntesis de la Sabiduría Iniciática elaborada por los Maestros Egipcios. Parte de esa información circuló durante la dominación Romana bajo el título de CORPUS HERMETICUM (Versión Latina).

El nombre de HERMES, como el de THOTH, no se refiere a un individuo o a un “personaje” determinado, sino a una Entidad Jerárquica, un Gran Colegio de Sabios o Gran Colegio Iniciático de Misterios. En este caso específico, se trata del Gran Colegio Sacerdotal Egipcio, conservador, celador y transmisor de la Tradición Iniciática Integral, bajo sus dos aspectos de Misterios Menores o Arte Real y Misterios Mayores o Arte Sacerdotal, ya que en toda Tradición Iniciática Regular y Completa, corresponde al Sacerdocio-Iniciático, en virtud de su FUNCIÓN Esencial de ENSEÑANZA, las dos Iniciaciones, directa o indirectamente.

Tomando en cuenta la gran cantidad de Escritos que se le atribuyen a Hermes-Thoth, se ve a las claras que es prácticamente imposible que hubiesen podido ser escritos por un solo individuo, especialmente en una época cuando los arduos trabajos de escritura y se reproducción eran tan notablemente lentos. En cambio, es perfectamente posible que si fuese obra de todo un Cuerpo Colegiado, como también ocurrió posteriormente en los Monasterios de diversas religiones, cuando se trató de copiar, traducir o transcribir escritos, libros, códices y documentos variados.

Volviendo al verdadero significado de ciertos nombres como HERMES, THOTH, HENOCH, HIRAM, etc., son nombres que representan simbólicamente la Mente Espiritual del hombre regenerado a través de la Iniciación en Los Misterios. Es por esa razón que se les considera, como al JANUS de los Romanos, el Padre o “Patros” (Patrón) de los Misterios Iniciáticos; es decir, como el Gran HIEROFANTE, el INICIADOR o TELESTES, el Maestro de Los Sabios, etc. En Egipto se denominó con el Nombre de Thoth, cuyo Cuerpo Colegiado era heredero directo de la Antigua Tradición de los Grandes Hierofantes de la Atlántida; Tradición que se desarrolló a través de sus muy cualificados Sucesores de las Dinastías Faraónicas.

Las Enseñanzas Herméticas siempre fueron muy bien acogidas en el mundo de los Griegos y de los Romanos, ya que ellos fueron los eficientes traductores de los Manuscritos Egipcios. JAMBLICO, el historiador neoplatónico discípulo de PORFIRIO, comentador de los Misterios Iniciáticos, afirma que la influencia del Pensamiento Hermético fue totalmente acogida entre los Platónicos y Neo-Platónicos. (Cf. “Misterios Egipcios”).


ZOISMO, el Sabio y Alquimista Panopolitano (3 d.C.) hablando de la raza de los “Filósofos del Fuego Hermético”, los llama “Hombres Verdaderos”, en la más pura acepción de la palabra; Instructores geniales, Educadores como muy poco han existido; despertadores de consciencias, modeladores de espíritus, verdaderos prototipos de Hombre organizado, progresista y dinámico; Almas Luminosas, espíritus excelsos, genuinos “Hijos de La Luz...” Fueron ellos quienes echaron las bases de esta Antigua Sabiduría cuyas estructuras tienen fundamentos indestructibles. Por todo eso, ¡cuán grande es nuestra deuda con esos Gigantes del Espíritu! Verdaderos ATLAS que soportaron sobre sus hombros la inmensa responsabilidad de mantener con su “Función Sacerdotal”, el Orden y la Armonía entre el Hombre y el Universo. A ellos debemos la preciada HEREDAD a la cual hoy tenemos acceso en Occidente: nuestra propia Escuela de Misterios. A pesar de que muchos la niegan, la desconocen o la desdeñan, la Influencia Espiritual de esos Maestros continúa actuando “Sub-rosa”, encendiendo los Corazones ávidos de los pocos “electos”; es decir, los que se encuentran consciente y efectivamente al interior de esa Gran Tradición imperecedera, y de la cual han recibido la debida e invariable Enseñanza. Estos no tienen ninguna duda acerca de la realidad de la existencia VIVA de dicha Tradición y de la continuidad ininterrumpida de su Cadena...




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